Cuando decimos hierbas en la edad Moderna, nos referimos a la época que comprende desde el XV hasta que se da inicio la Revolución Francesa.
A mediados del siglo XVI, el uso de las hierbas se habla extendido tanto que los huertos de los monasterios perdieron importancia.
Aún subsisten, sin embargo, ejemplos de las grandes instalaciones creadas entonces para beneficio de la salud del público en general, como las de Padua.
Las personas lo suficientemente afortunadas para poseer un baño prepararían aditivos caseros y el ama de casa haría sus propios tintes del cabello y dentífricos.

La influencia y uso de las hierbas se extendió desde Europa hasta el Nuevo Mundo gracias a los colonos, que llevaron a América hierbas y especies procedentes de toda Europa.
Una secta de cuáqueros se contó entre los primeros grupos que lograron éxito comercial en el cultivo, envasado y venta de hierbas finas y medicinales.
La popularidad de estas especies permaneció constante hasta los siglos XVIII y XIX.
En esta época, los conocimientos científicos alcanzaron el suficiente desarrollo para que el hombre fabricara sustitutivos sintéticos para muchas de las sustancias activas obtenidas antes de plantas.
Por consiguiente, disminuyó el uso de gran número de hierbas y muchas otras solo se cultivaron por su belleza y aroma.
Algunas perennes, como la menta y el perejil, sobrevivieron a este declive, pero en general todas cayeron en el olvido en los compases de la Edad Moderna.
Hasta que el interés de las hierbas volvió a renacer en nuestra Edad Contemporánea, cuando se empezó a dar más importancia a aspectos ecológicos
Magia y superstición de las hierbas
Aparte de su uso funcional, el carácter de las hierbas, que suponía a veces la diferencia entre la vida y la muerte, les dio una considerable importancia en la magia y la superstición.
Se empleó la astrología para averiguar las épocas mas propicias para plantarlas y recolectarlas. Las había incluso bajo la influencia de un planeta en particular, y así la cebolleta pertenecía a Marte y el perifollo a Júpiter.
Incluso en nuestros días hay quienes las plantan con luna creciente, poco antes de luna llena.
Al conocer el poder y la utilidad de las hierbas en su vida cotidiana, la gente acudió a ellas en busca de ayuda contra los malos espíritus y la magia negra.

Se creía, por ejemplo, que el romero, el cantueso, el eneldo, el hisopo, la angélica y el abrótano macho les protegerían contra la brujería y el mal de ojo.
El último día de abril se cogían hojas de saúco, que se fijaban alrededor de puertas y ventanas para proteger a los habitantes contra encantos y hechizos.
El saúco era un árbol mágico bajo cuya protección estaban todas las hierbas, y aunque amaba el genero humano habia que pedirle perdón antes de cortar una hoja.
En el lado positivo, algunas especies, como Artemisia abrotanum (abrótano), se usaban para preparar filtros amorosos y pócimas de encantamiento.
Mas su utilización practica no terminaba en sus aplicaciones culinarias y sanitarias; se extendí a las mezclas y ungüentos protectores contra los males. Estos últimos servían para dar buen olor a la persona y como desinfectantes.
Los aceites procedentes de las semillas de las hierbas se usaron desde tiempos de los romanos hasta el siglo XVI, y mas tarde para dar brillo a los suelos y muebles de madera.
Para poder recoger tus hierbas y plantas por el campo libremente, puedes utilizar bolsos hippies y mochilas hippies. Y para llevar un atuendo acorde puedes ir con ropa hippie mujer.